lunes, 3 de marzo de 2014

3. Recuerdos que arden.

691 Días antes de que te fueras


Se encontraron en la puerta de la Iglesia, como cada Domingo de cada semana.
Pero no estaban solo él y ella, sino también Abby, Liam, Niall y Harry.
El hecho de que hubiese más gente hacía que tuviesen que esconder las muestras de afecto que querían hacer. Todo se resumía a tímidas sonrisas, a mirarse de reojo y rozarse las manos de vez en cuando discretamente.
Si eso quizás, el único que podría darse cuenta de lo que realmente pasaba era Liam, que era la única persona que conocía su secreto.
Como cada domingo de cada semana, a las nueve y media, entraron en el centro y se sentaron en el banco número once, a la derecha del altar; y como solía ocurrir, el orden era Louis, India, Liam, Abby, Harry y Niall. 

Cuando el pastor comenzó a hablar y a recitar el evangelio de aquella mañana, India movió la mano levemente hasta tocar el brazo de Louis. Descendió rozando bajo la atenta mirada del chico, y finalmente entrelazó los dedos con los de él.
Louis trago saliva y se juntó a ella.


- ¿Sería muy violento si ahora de repente tengo pensamientos impuros? - le susurró e India sonrió intentando contener la risa.

- Por favor, que estamos en la casa del Señor. - le regañó con diversión.

- Me apuesto lo que sea a que todos los santos del mundo, al menos una vez en su vida, han tenido un calentón. - India se tapó la cara poniéndose roja de vergüenza.

- Ey, pero no quites la mano. - Louis se la cogió y volvió a entrelazarla con la suya.

- ¿Os importaría? - se oyó susurrar a Liam. - Es que no me apetece estar traumatizado de por vida por las guarrerías que le dice su novio a mi hermana mayor.

- No estamos diciendo guarrerías. - defendió India.

- Ya las diréis.

- ¿De qué habláis? - susurró entonces Abby, quien no entendía lo que decían pero sabía que estaban hablando.

- De que la señora Prendel se está poniendo muy gorda - inventó Louis a base de excusa.

- Ya. - apoyó Abby, quien volvió a su mundo automáticamente.


Louis se ganó una sincera sonrisa de India por la contestación rápida que había utilizado.
Sabían que en breves debían decírselo a sus amigos, que ese sería el siguiente paso.
Pero llevaban solo un día, y les parecía incluso ya demasiado peligroso que lo supiese Liam, pero eso fue inevitable.
Sea como sea, sus amigos lo sabrían, pero no ahora.

Cuando el coro acabó, India apretó un poco la mano de él, y le miró.
¿Quién diría que todo iba a acabar así, siendo ellos pareja, queriéndose? 
Ni India entendía aún en lo que se había metido, ni si quiera lo había pensado al menos unas dos veces.
Simplemente sabía que junto a él era feliz, y que eso le bastaba.

En el momento en el que tuvieron que darse la paz, India, al igual que cada domingo, dio un beso en la mejilla a cada uno de sus amigos, Liam inclusive, y Louis, puesto que para los ojos de los demás solo tenían una buena amistad.
Se volvieron a sentar en el banco, en las mismas posiciones.


- No me he quedado satisfecho - dijo entonces él.

- ¿Qué? - Louis miró hacia los lados, observando que no hubiese ningún ojo cotilla mirándoles, entonces con rapidez se acercó a ella y le dio un corto beso, de apenas un segundo.

- Ya. 

- Louis. - le regañó a base de susurros. ¿Y si alguien estaba mirando? ¿Y si lo había visto su madre? ¿Y si también Abby y se enfadaba con ella por no contárselo?

- Me he asegurado de que nadie estuviese mirando. - ella resopló mientras él volvía a cogerle la mano. Rezaba para que, de verdad, nadie les hubiese visto. 

- Louis.

- ¿Qué?

- Te quiero. - un silencio se hizo presente llenado por la amplia sonrisa de él.

- India.

- ¿Sí? 

- Te quiero. - Esta vez la que sonrió llena de felicidad fue ella. - Y te prometo que nunca dejaré de hacerlo.





"Cabrón mentiroso..."






Presente


[NARRA INDIA]




Me desperté, y en parte deseé no hacerlo.
Después de haber visto a Louis ayer, y de llorar y llorar durante muchos minutos y finalmente tener pesadillas, se me habían quitado todo tipo de ganas de salir de casa. Y más sabiendo que me lo podría encontrar en cualquier parte.
¿Por qué tenía que haber vuelto?
Ya sabía que este era su hogar, desde que nació, pero se fue, y las cosas iban bien, hasta que volvió.
¿Y eso de que me quería? Ni él mismo se lo cree.
Todo lo que dice está lleno de mentiras.
Todo lo que dice ahora, y lo que dijo en un principio.

Miré el despertador que había sobre la mesilla y vi que solo quedaban veinticinco minutos para que empezasen la misa.
De un salto me puse de pie y corrí al baño, donde me di una rápida ducha.
Apenas me sequé el pelo con la toalla y me vestí. Me puse na camiseta negra sin mangas que me trajo Abby de cuando estuvo en California; unos pantalones vaqueros cortos, y mis Vans grises. (Ropa)
Puede que en otros sitios esa ropa no estuviese muy bien vista para la Iglesia, pero aquí, en Wetown, hacia un calor increíble en pleno junio, por lo que íbamos a cualquier sitio de la forma necesaria para no morirnos. Incluso he llegado a ver al Pastor en la Iglesia con su típica camisa negra y bermudas.
Fue un día inolvidable.

Una vez arreglada fui a la cocina, cogí una manzana, y al salir vi a mi madre, a mi padre y a Liam preparados para irse.



- ¿Por qué no me habéis despertado? - pregunté mientras mordía la manzana.

- Creíamos que estabas resacosa. - contestó mi madre, y fulminé con la mirada a Liam.

- ¿Les dijiste que me emborraché ayer?

- Solo que bebiste un poco.

- Te vas a quedar sin regalo de cumpleaños. - él sonrió y me centré en mis padres. - Estoy bien, eh.

- ¿Entonces vienes? - preguntó papá.

- Claro.

- Pues venga, que salimos en un minuto. - Me comí la manzana a toda prisa casi sin masticar bien del todo, subí a mi cuarto, cogí el móvil y demás y me miré en el espejo. Vale, tenía el pelo bien. Bajé de nuevo y me reuní con mis padres y mi hermano.




Cuando llegamos, vi en la entrada a Abby, a Zayn y a Niall. Liam y yo nos despedimos de nuestros padres y fuimos con ellos.



- A buenas horas - dijo Abby después de que ella y Liam se saludasen con un beso y Zayn y yo lo hiciésemos.

- Es que no me han despertado.

- ¿Llegaste bien a casa? Es que no me pusiste ningún mensaje, asi que supuse que te habías quedado dormida. - Zayn me pasó una mano por la cintura.

- Claro, sí, llegué bien, estuve escu... - iba a decir que escuché música mientras andaba, pero luego me acordé de que supuestamente me llevaron en coche. Pero antes de cometer un error, gracias a Dios literalmente, sonó la campana que iniciaba la misa de las nueve y media. Entramos y nos sentamos en el banco de siempre, en este orden: Niall, yo, Zayn, Liam y Abby. En el último momento apareció Harry, sentándose al lado de Abby.

- Siento el retraso - sonrió y dio un beso en la mejilla a ella y nos saludó a los demás. 



Suspiré cuando el pastor empezó a hablar.
Había mirado a mi al rededor y no había visto ninguna señal de que Louis estuviese cerca, ni él  ni su familia, aunque puesto que acababan de llegar, tendrían que estar muy ocupados con cosas de mudanza y tardarían en incorporarse al ritmo del pueblo.
El coro comenzó a cantar una de estas canciones rollo gospel y yo miré a Niall. Siempre nos hacía gracia ese tipo de canciones, y más ver la cara de la gente que cantaba, que era desde niños hasta octogenarios.

La misa continuó y yo miré a las vidrieras, de muchos colores por las cuales los rayos de sol pasaban e iluminaban todo.


"Hola Dios, digamos que me aburro un poco mientras la señora Herf intenta leer el Evangelio, pero claro, si se deja las gafas en casa pues como que no. Asi que aquí estoy... Oye, tienes un sentido del humor un tanto perverso... ¿Louis? ¿Ahora? ¿No podría haber sido cuando estuviese en la universidad? Ya sé, ya sé, que hay que perdonar a todos... Pero con Louis como que no me da la gana. Es más, si de repente le atropellase un tren no me importaría nada de nada...Móvil."


¿Qué?
Mis delirios monjiles provocados por el aburrimiento fueron interrumpidos por mi móvil vibrando, pero además era una vibración de estás que justo cuando la señora Herf está callada porque no lee bien la palabra "Jesús", suena, a lo "bbbbrrrrr".
Conclusión, que yo estaba muerta de vergüenza mientras intentaba sacar el móvil del bolsillo, ganándome miradas y ceños fruncidos.
Susurré perdón mirando a mis amigos, y cogí el teléfono.
Era un mensaje.


"Estás muy guapa."


¿Quién iba a ser sino?
Repasé los bancos, que había delante mío, pero nadie estaba girado.
¿Por qué no me dejaba en paz de una vez?
Otro mensaje, y se me había olvidado quitar la vibración, viva yo. 
Ganándome muchas miradas más, entre ella la del pastor, y supongo que la de mis padres.
Puse el móvil en silencio y leí.


"Última fila." 


Me giré empezando a estar cabreada. Me estaba acosando, me sentía acosada. Que me dejase en paz y que se centrase en... No sé, en la guarra de Emer.

No, pensándolo mejor ella no.
Algo peor que imaginar a Louis conmigo era imaginarlo con ella.

Simplemente podía conmigo.
Me giré sutilmente, como no queriéndolo, pero a la vez con ganas. Asi que miré un poco de reojo, y de nuevo, como siempre, me sonreía.
Esta vez llevaba el pelo echado hacia atrás, y me miraba de una forma que no sé si era porque empezaba a volverme loca o porque de verdad me miraba de una forma especial.
Si no le conociese diría que eran imaginaciones mías, pero fue mi mejor amigo durante casi toda mi vida y bueno, fue mi novio durante casi dos años.
Pero como precisamente le conocía, sabía que me miraba de esa forma que me encantaba. Bajaba un poco la cabeza, subía los párpados, no habría la boca ni se movía, pero apostaría lo que fuese a que se estaba mordiendo el carrillo por dentro. Y puede que simplemente sea una facción, pero la profundidad que toman sus ojos, azules, perfectos, es increíble, y entonces yo... yo me derrito, y me confundo.
Porque aunque le mire de reojo, aunque le odie, sigue siendo él, el chico del que me enamoré.


Vale, vale, vale. Hasta aquí hemos llegado.
Me había salido mi vena ñoña y bueno, he acabado pensando cosas que no debía pensar.
Me giré y suspiré. De verdad todo esto me estaba afectando.
Me asomé un poco y di un toque en la rodilla de Abby, quien me miró.


- Está aquí, última fila, derecha. - vi que ella se giraba, y luego me volvía a mirar con la boca abierta.

- No puede ser - oí que decía Liam, y que bufaba.

- ¿Qué pasa? - esta vez Niall. Genial, venga, a enterarse todo el mundo. - No...

- ¿Qué? - Y ahora se girá Zayn. Me tapé la cara con las manos. Quería morirme. - ¿Ese es Louis? - sonrió. No lo haría si supiese varias cosas... - No sabía que había vuelto.

- ¿Louis? - Y Harry, el que faltaba, se da la vuelta. - Que fuerte. - otro más que sonreía. 



La misa transcurrió mientras tuve que aguantar como Zayn y Harry hablaban entre ellos sobre lo genial que era que Louis estuviese aquí.
A ver, por lógica, puede que Zayn no supiese qué hizo Louis, pero era mi exnovio, y es regla general que a los novios no les caigan bien los exnovios.
Todo esto era poco verosímil.
Asi que me olvidé de las charlas del pastor, de decirle a Dios que tenía muy mala leche, y de todo lo relacionado con la Iglesia, y me dediqué a mirar a Niall, a Liam y a Abby, los cuales estaban igual de serios que yo.



Cuando acabó, fui la primera en salir de ahí. Me da igual quien me viese, o quien formase sus propias ideas, yo solo quería irme a casa. 
Caminé por el césped que había en la entrada, pero una mano me paró.


- India - me cago en la leche.

- ¿Me quieres dejar en paz? - no podía levantar mucho la voz porque ya empezaba a salir gente. Aun así no podía, ya no. No había pasado si quiera un día y ya tenía ganas de llorar constantes y mi ilusión se había ido. Eso es lo que hacía, se llevaba las cosas buenas de mi vida y traía las malas. Y yo podría haberlo superado, podría pasar del tema y que no me doliese ni afectase, pero sí que lo hacía, porque sé que en el fondo me seguía hiriendo como el primer dia, porque Louis continuaba siendo alguien importante y no solo un nombre que olvidar.

- Escúchame.

- Es que no quiero hacerlo. No tengo por qué hacerlo.

- Por favor.

- No Louis, no quiero oír ni una mentira más.

- Lo siento por lo de ayer.

- Me da igual. - me zafé de su mano.

- Es que te vi con Zayn... - no iba a contestarle, juro que no pensaba hacerlo, pero ese comentario...

- No me vengas ahora con que tienes celos. - dije cabreada.

- Te dije que te quería.

- ¡No! No lo vuelvas a decir nunca más. No me quieres ahora, ni me quisiste en su momento.

- Claro que lo hago.

- Ha pasado mucho tiempo Louis.

- Lo sé, y a pesar de que me habías bloqueado de todas las formas posibles por redes, descubrí que necesitaba volver para verte.

- Pues qué pena, porque yo no necesito verte.

- ¿Interrumpo algo? - Liam apareció a mi lado, y junto a él Abby, ambos con cara de malos amigos.

- Hola. - dijo Louis no muy serio tampoco, pero con cierta... ¿timidez?

- Dame una razón para que no te parta la puta cara ahora mismo. - amenazó mi hermano. Miré a Abby con los ojos muy abiertos. Sé que ella en este momento lo estaba disfrutando porque le ponía ver a Liam cabreado, o yo que sé; pero a mí me había asustado. Él enfadado era una de las peores cosas de este mundo, jurado.

- Hay personas delante. - contestó el imbécil de Louis, aunque sin querer sonar gracioso.

- Mira tú que de repente me la suda todo el que esté a mi al rededor.

- ¡Louis! - se oyó entonces a Zayn, que venía con Harry y con Niall. Los dos primeros sonreían, el tercero mataba con la mirada. Si la situación ya era de por sí muy incómoda, tuve que aguantar también como Zayn y el imbécil hacían un choque de manos/abrazo de tío. Genial. Y luego Harry.

- No nos habías dicho que habías vuelto.

- Llegué ayer de madrugada. - miró a Niall - Buenos días Horan. - sonrió. Niall en cambio le miró serio, sin decir nada. Él solo tenía era cara de enfado en dos ocasiones: cuando ve a Emer y cuando sale el tema de Louis. En sí, todo lo que le recuerde que uno de sus mejores amigos fue un capullo le pone de muy mal humor. Niall me miró de reojo a mí y luego a Louis.

- Tengo que irme a casa. - silencio - ¿Y sabeis qué? Me apetece jugar a la Play. Algo de matar. Sí, me apetece matar a alguien. - yo me mordí el labio intentando no reír, y parecía que Abby también. - Disparar con un arma, y que el cuerpo del enemigo explote, que sientas como su piel se revienta y todo llena de sangre, y muere. 

- ¿Vas a jugar al Black Ops? - preguntó entonces Harry, que obviamente no había pillado nada.

- Sí. Ese mismo. A ver si me desahogo un poco. - Niall fingió una sonrisa. - Bueno, hablamos por Whatsapp. - miró a Louis con odio. - Bueno no, contigo no, que así, por arte de magia, tu móvil ha desaparecido de mis contactos. - Louis sonrió, pero no con chulería, sino con sinceridad. 

- Ya te lo daré en otro momento.

- Sí... Bueno, que me voy. - nos sonrió a todos los demás, y se fue.

- Nos tienes que contar mucho. - habló Zayn.

- Yo me tengo que poner al día. Han cambiado ciertas cosas por aquí... - Y entonces me miró, y de repente me sentí como Niall, con ganas de matar y reventar pieles y todo.

- Sí. - dijo Harry. - Oye Louis, ¿te acuerdad e la barbacoa que hacía mi madre cada junio?

- Claro.

- Pues bueno, es este viernes próximo, y si quieres puedes venirte, y así nos actualizamos, aunque espero que nos veamos antes. - Louis asintió.

- Gracias.

- Bueno, yo también me voy. 

- ¿Has traído el coche? - le preguntó Zayn.

- Sí.

- Pues entonces yo también me voy contigo. - los dos se despidieron de todos, y cuando Zayn llegó a mí me dio un bonito beso en los labios. Cuando se separó, involuntariamente, miré hacia Louis, quien ya no sonreía, pero entonces yo sí que lo hice. Ellos se fueron y quedamos los tres.

- Es hora de irse. - dije cortante.

- Sí. Ya hemos pasado demasiado tiempo cerca de la miseria. - me di la vuelta junto a Abby.

- Id yendo hacia papá y mamá. - fruncí el ceño ante el comentario de Liam, pero después asentí, comenzando a alejarme y preocupándome por lo que Louis le estaba diciendo a Liam.

- ¿Quieres dormir hoy en mi casa? - pregunté con un hilo de voz al hablar a Abby.

- ¿Terapia femenina?

- ¿Tomates verdes fritos?

- ¿Helado? - sonreí. Cada vez que teníamos una crisis, quedábamos para dormir en alguna casa y hacíamos lo que llamábamos terapia femenina, que se basaba en ver una película bonita y comíamos helado.

- Necesito olvidar, o si no, acabaré pegándome un tiro, lo veo.






[NARRA LIAM]



Me junté a Louis con mala cara. No me hacía ni pizca de gracia que estuviese aquí, y menos que fuese con aire de superioridad. Joder, que engañó a mi hermana. Y encima era mi mejor amigo. ¿Cómo pudo hacer eso? Si llega a ser uno cualquiera pues bueno, le odiaría también, pero Louis... Y ni si quiera pude darle su merecido, no llegué a tiempo.


- Mira, - me encaré a él - me da igual que hayas vuelto, me da igual que ahora vayas a vivir aquí. Pero aléjate de India - le apunté con el dedo - y de todos. Pero sobre todo de ella. No quiero que la hables, ni que te acerques a ella, ni que la mires. 

- Sé lo que hice, ¿vale?

- Hombre, es que si no lo supieses ya sería el colmo. 

- Quiero decir, que sé lo que hice, y me arrepiento.

- Pues es tarde. - me impacienté. - Pues eso, que yo no me creo todo ese rollo de ser simpático. Ya no. No quiero verte cerca, o sino me da igual si hay gente delante o no, pero te haré todo el daño que pueda. - y era verdad. Si tenía que dejarle con solo un cuarto de la sangre de tu cuerpo, lo haría. 

- Liam, para. - estaba dispuesto a irme - No solo la he echado de menos a ella, sino a todos.

- Aquí todos te hemos olvidado.

- Lo sé. - no sentía ninguna pena por él, de verdad, pero creo que en ese momento vi una pizca un tristeza. - Liam no voy a explicarte por qué hice lo que hice, porque ocurrió, y no hay excusa que me salve. Pero todo el mundo necesita una segunda oportunidad. 

- Pues yo no pienso dártela.

- Puedo ganármela.

- No Louis. No me das nada de lástima. Estoy deseando que te hundas en tu miseria.

- Ya lo estoy haciendo.

- Eso me consuela un poco. - fingí una dura sonrisa y me di la vuelta. Me había demorado demasiado en gilipolleces, en pérdidas de tiempo, y quizás mamá se había preocupado. Y todo por hablar con el impresentable de Louis, el cual se hacía la víctima con las segundas oportunidades.





[NARRA INDIA]


Llegó el martes tan rápido como llegó a mí una pequeña depresión.
No sé por qué era, bueno, sabía quién era el detonante, pero no entendía por qué me sentía así. Debería ser madura y superarlo.
Pero no.
Aquí está la pobre India que se pasea por la casa con el albornoz y que casi ni sale, que se queda en casa viendo la tele.

Pero no era la única, y supongo que de ese modo no me sentía tan sola.
Liam tampoco sonreía como de costumbre. Ni si quiera quiso hablar de lo que le dijo Louis el domingo. Quizás el hecho de recordar cosas malas de su antiguo mejor amigo le ha afectado. Aunque dímelo a mí, que era mi novio...

Suspiré y mordí de nuevo la manzana, mientras veía American Horror Story en la tele. Minutos después, sentí cómo el sofá se hundía a mi lado.


- Hola abuela - la miré y sonreí.

- India, ¿qué te pasa? Estás rara.

- Nada, pensar en la uni y tal.

- ¿Has recordado lo mal que mientes? - me mordí el labio.

- Ha vuelto Louis. - confesé por fin.

- ¿El innombrable que no debe ser nombrado?

- Ese mismo.

- ¿Y qué pasa? Le habrás pegado, ¿no? - reí.

- No abuela. Solo que dice que ha vuelto por mí, y bueno, también que me quiere, pero eso no me lo creo.

- ¿Y por qué no? - alcé una ceja.

- Es obvio. Ya sabes lo que hizo, y ahora solo quiere fastidiarme, o yo que sé.

- O quizás se arrepienta y quiera volver a estar contigo. - eso me tocó un poco la moral.

- ¿Le estás defendiendo?

- No, si yo quiero que le pegues. - negué con la cabeza. - Pero cualquier chico se fijaría en ti, y si encima es un ex que lleva sin verte dos años. - hizo una mueca. - Puede que sea verdad lo que dice.

- Pero si lleva dos años sin verme, no puede quererme.

- Bueno, al menos querrá cortejarte. - sonreí.

- Abu, hace mucho que no se dice eso.

- Soy moderna pero no tanto. - hice una sonrisa breve y entonces el silencio llenó mi habitación. Estos días no había sabido nada de Louis desde que le vi en la Iglesia. Nada. Ni yo, ni nadie. Y eso me alegraba, que se mantuviese un poco al margen. Pero a la vez me intrigaba. ¿Y por qué? Porque soy una masoca, que se tortura así misma.

- Ahora vuelvo. - le dije a mi abuela. 


Me puse de pie y fui a mi cuarto.
Allí abrí el armario y me puse de puntillas. Veía la caja en la balda de arriba, pero no llegaba a ella. 
Cogí la silla y la acerqué al armario. Me subí, y agarré esa caja de cartón que dolía más de lo que podrían doler veinte cuchillos en la espalda.
Esa era la caja.
La dueña de mi alma, la que tenía todo aquello que necesitaba olvidar, pero simplemente no podía. Sabía que si me deshacía de esas cosas era como si me arrancasen una parte de mí.
Arranqué el papel que había en la tapa en la que escribí que esa caja estaba prohibido abrirla. Después, cogí el extremo de la cinta americana y comencé a despegar la cinta de toda la caja.
Cuando la cerré hace casi medio año, me aseguré de que no fuese tan fácil de abrir como levantar la ligera tapa.

Una vez abierta, tuve que morderme el labio para evitar llorar. Era tan duro verlo.
Había demasiadas cosas, desde una camiseta hasta una simple flor seca plastificada. Pero no cogí una de esas cosas, sino que agarré lo primero que vi, que era una hoja un poco amarillenta, que en su día fue blanca impoluta, en la que estaba escrita la canción de Iris de Goo Goo Dolls, que era nuestra favorita. Bueno, en sí era mi favorita, y él por hacerme feliz me la cantaba, y acabó siendo su favorita también.
Esa hoja me la pasó hace tres años, en clase, no me acuerdo qué asignatura.
Pero me acuerdo que me llegó el folio y lo leí, y sonreí como una tonta simplemente porque se había aprendido la letra por mí.
Ahora si me entregase una hoja con la letra de mi canción favorita, la rompería en pedazos delante de su cara.
Me fijé en una frase.


You're the closest to heaven that i'll ever be; and I don't want to go home right now. 

Suspiré.
Me encantaba esa frase porque en su época Louis me hacía sentir así, y me encantaba.
Vale. Ya está.
Tomé aire con orgullo y me acerqué al último cajón de la mesilla de mi cuarto. Lo abrí, y saqué el mechero. Volví a mi sitio inicial y cogí la hoja. 
Era momento de deshacerse de todo.
Lo encendí y una pequeña llama apareció ante mí.
No sabía si era buena idea, pero en ese momento me daba igual. Empecé por una esquina y vi cómo la hoja comenzaba a desaparecer, como el borde se iluminaba y avanzaba.
Expulsé el aire observando el proceso, pero cuando al menos tres centímetros cuadrados habían desaparecido, sentí un gran dolor en mi pecho y tiré la hoja al suelo, y cogí una zapatilla, dándole con ella hasta que se apagó.
Después me senté y me quedé mirando la hoja. 
Esto no era sano.
Metí las cosas que había sacado en la caja y la tapé, después la puse en su sitio del armario, sabiendo que no tardaría en abrirla de nuevo.
Para distraerme, cogí el teléfono y miré whatsapp.
Tenía mensajes de conversaciones y grupos, pero pasé. Ya contestaría más tarde.
Aunque me llamó la atención un mensaje difundido de uno del curso, que apenas conocía.
En él hablaba sobre una fiesta mañana por la noche en su casa.
Puede que con ese chico, llamado Jesse, solo hubiese compartido menos de diez palabras en este año, pero una fiesta es una fiesta.
Me quedé pensando.
Algo me decía que Louis estaría, y aunque odiase aceptarlo, quería verle.




[NARRA LOUIS]



Emer paró el longboard y lo cogió.


- La odio. - me dijo mientras se sentaba a mi lado.

- Y ella te odia a ti.

- Bueno, en realidad nos odia a los dos.

- Gracias por recordarlo.

- ¿Vas a llorar? - sonreí y ella me guiñó un ojo.

- Técnicamente no tendrías derecho a odiarla.

- Ella me odia, pues yo la odio.

- Pero si te acostaste conmigo. 

- Tú eras su novio, no yo. Yo simplemente aproveché la situación. - negué con la cabeza. Chicas como ella eran únicas. Emer había sido la única persona de aquí con la que me comuniqué a menudo. Los demás en cambio se convirtieron en sombras. Emer y yo nos llamábamos, hablábamos por Facetime, por whatsapp, por todos los sitios. A pesar de lo ocurrido, no la dejé de lado, porque hice una promesa, y la estoy cumpliendo.

- Parece que han pasado siglos.

- Ya... - miré cómo se echaba el pelo hacia atrás.

- Mmm... Está bien el azul pero me gustaba más cuando te lo teñiste de rojo.

- Bah, me cansó al mes. 

- A mi me gustaba. - se encogió de hombros.

- Cuando me tiño pienso en lo que me gusta a mí, no en lo que le gusta a los demás. - sonrió y me dio un golpe suave con su hombro.

- A ver, centrémonos. ¿Qué hacemos con el tema India?

- ¿Con tu muñequita? Muy fácil, mata a Zayn. - la miré alzando una ceja. - Vale, no, que es muy mono.

- ¿Emer llamando mono a alguien? ¿Qué me he perdido estos dos años?

- Que odie el mundo y que solo tenga un amigo no significa que no haya chicos que me parezcan guapos.

- Perdone majestad. - puso los ojos en blanco y agarró su móvil. Leyó algo, no sé el qué, y bufó. - ¿Qué pasa?

- Nada, que mañana hay una fiesta en la casa de Jesse Stevens.

- Genial.

- No, genial no.

- Sí, porque irá India.

- Pues ve a la fiesta entonces.

- Vamos.

- ¿Qué?

- Que vamos los dos.

- Ni de coña.

- Venga, necesito que estés ahí, y así te relacionas más.

- Claro, y llevo un cartel que diga "compro amigos, a poder ser chicos y si tienes novia te ayudo a que le pongas los cuernos" - reí.

- Anda Em... - suspiró.

- Está bien. 

- Gracias. - me acerqué y le di un beso en la mejilla, a lo que ella sonrió tímidamente.

- Ojalá hubieses estado aquí estos dos años. O yo contigo, donde sea, pero juntos. Todo hubiese sido más fácil, y mejor.

- Ya, pero ahora estoy aquí y no me voy a ir. - la abracé y ella apoyó su cabeza en mi pecho. - No te voy a dejar sola nunca.

- Me lo prometiste.

- Te lo prometí.



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UUUUF, POR FIN LO HE ACABADO.
He tardado porque tenía exámenes, que conste
es más, mañana tengo examen de sociales y sólo me sé cuatro puntos de trece. Viva yo.
Pero bueno, voy a ser super woman por un día.
Bueno, ue eso, que aquí está el cap, que no tiene mucha salsa, pero a mí me gusta porque no sé, india es tan adorable, y louis tan provocador, y liam tan tan tan, y la abuela genial, y emer me encanta, y todos todísimos geniales
aaaay que me emociono
una cosa, he pensado que yo soy una chica que piensa mucho, y al pensar mucho se me forman muchas cosas en la cabeza
la cosa es que a veces necesito desahogarme, y he pensando (no es seguro) en hacer un blog no de historias sino de las típicas parrafadas sobre problemas morales que inspiran a todo el mundo y quedan mazo bonitas
de ese estilo pero con el toque lidia
y bueno, con solo dos personas que me digan que lo leerían yo ya me planteo hacerlo
y ya no sé qué mas decir... Que tengo que estudiar y que mmmm, nosé
besotes para todo el mundo, y feliz cumpleaños a quien sea, que seguro que alguien del mundo está cumpliendo años.:):):):)

10 comentarios:

  1. Lidia, soy tu publicista por favor, claro que lo leería gente

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  2. Me encanta el cap. son todos tan ajdkabxi. por supuesto que me leeria el otro blog jaja sube cuando puedaas:)

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  3. Aghsdhsjaksdjskd,me encanta,me encanta tu novela y me seguira encantando,yo quiero que haya alguna historia detras de emer y Louis,una historia por la que Louis se acosta con ella :(
    Bueno,que claro,que leería tu otra blog,y así lloraría un rato y me desahogaría,pasate por mi novela,no es de 1D,pero creo que pinta bien,no sé http://www.wattpad.com/story/13285450-un-cambio-sorprendente

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    1. ya vereis lo que apso con emer y louis, rollo con lo de "x dias antes de que te fueras" se desvela toda la historia, no worries:)
      graaaaciaaaas!
      cuando pueda me paso, porque tengo infinidad que hacer, pero lo haree
      un besooo!

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  4. Ok como que algo se rompió dentro de mi cuando leí :
    "Ojalá hubieses estado aquí estos dos años. O yo contigo, donde sea, pero juntos. Todo hubiese sido más fácil, y mejor.

    - Ya, pero ahora estoy aquí y no me voy a ir. - la abracé y ella apoyó su cabeza en mi pecho. - No te voy a dejar sola nunca.

    - Me lo prometiste.

    - Te lo prometí."
    Y eso, que amé el cap :)

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  5. Aaaaaaaaaaah!! Dios q le prometio?! Por q lo hizo?! Me cagi en la jostia siguiente ya!

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